
Cuando concebimos un negocio siempre lo hacemos desde nuestra alma, pensando en hacer algo extraordinario, crear un producto o servicio que mejore nuestra vida y más allá, logremos cambiar el mundo con nuestras ideas.
Con el pasar del tiempo, muchas veces ese propósito superior se desdibuja y nos preocupamos mucho más por la rentabilidad y el crecimiento económico, olvidándonos de la esencia y el verdadero ser de nuestro negocio.
Es allí, en donde el capitalismo consciente nos hace un llamado para volver a nuestras raíces, a este propósito superior desde el cual creamos nuestra idea. El que nos beneficia a todos como sociedad. El mismo que nos invita a convertirnos en líderes que piensan en su entorno, en el ecosistema y en lograr un desarrollo y una riqueza más justa y equilibrada.
Ya no funciona aquel líder que solo piensa en él y en su ego, hoy los líderes triunfadores, son quienes se comprometen con los resultados y la prosperidad colectiva siendo esta, la forma más viable para avanzar y trascender.
Este nuevo paradigma propuesto por John Mackey y Raj Sisodia invita a las empresas a actuar desde nuevos niveles de consciencia, en donde los beneficiados sean los trabajadores, los clientes, la organización, los proveedores y el medio ambiente, es decir, todos los actores del ecosistema.
El capitalismo consciente se basa en cuatro pilares que debemos tener muy claros para empezar a mutar hacia esta nueva mirada o a proyectar nuevas organizaciones basadas en la humanización, en donde se ponga en el centro de su modelo de negocio a los grupos de interés.
Propósito superior
Las empresas deben basar su razón de existir más allá de la generación de beneficios financieros para sus accionistas. El verdadero valor debe ir hacia la sociedad. Una empresa con un propósito superior claro tiene un potencial más amplio para aumentar el compromiso de sus colaboradores e involucrar activamente a sus clientes y proveedores, lo que se revierte en ingresos y en percepciones positivas para las marcas.
Cultura y gestión conscientes
Cada organización debe tener una cultura responsable con valores claramente definidos, los cuales direccionan su comportamiento, apalancan el propósito superior y tienen el potencial para atraer a los grupos de interés. Cuando esta cultura es claramente definida, la organización deja de ser un negocio para ser un movimiento en favor de una causa colectiva.
Integración de grupos de interés
Ninguna organización puede vivir aislada. Las empresas conscientes reconocen que cada una de sus partes interesadas es importante, integran e incluyen a todos sus grupos de interés para alcanzar mejores resultados y crean junto a ellos relaciones de valor y permanencia en el tiempo.
Liderazgo consciente
Los líderes de las organizaciones deben ir más allá de sus propios intereses. Su motivación principal debe ser el propósito superior y todos aquellos que trabajan por alcanzarlo. El líder debe tener la habilidad de escuchar con empatía, transmitir la pasión por lo que se hace y reconocer y agradecer a los grupos de interés su compromiso.
Implementar los pilares del capitalismo consciente en nuestras organizaciones aporta muchos beneficios como la creación de relaciones duraderas con los grupos de interés, aumento de la confianza, mejora de los resultados financieros, sentido de pertenencia, empoderamiento y compromiso de los colaboradores.
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